¿QUE ES AGEACAC?

 

Somos solo una de muchas Asociaciones Gnósticas respaldadas por AGEACAC, cuya sede mundial y centro de capacitación se encuentran en Amealco, Queretaro, México.

 

El Presidente fundador de las instituciones gnósticas es el V.M. Samael Aun Weor, filósofo y antropólogo contemporáneo, autor de más de setenta obras de psicología, antropología, filosofía, etc., notable conferencista y gran ser humano.

 

Objetivo: Llevar la enseñanza de tipo gnóstico a toda la humanidad, sin diferencias de credo, razas, casta, sexo o color.

 

La finalidad Gnóstica es la felicidad de todos los seres humanos, sin distinción. Busca transformar al hombre consciente en súper-hombre, despertando en él sus posibilidades adormecidas (Auto-Realización Intima del Ser). 

 

Aclaración de su presidente fundador: "Nosotros no queremos idólatras de amos, ni nos interesan los secuaces. Nosotros somos postes de indicación, así que no se apeguen a nosotros, porque nuestra labor no es proselitista.

 

Indicamos con pensamiento lógico y concepto exacto el camino a seguir, para que cada cual llegue hasta su Maestro Interno, el que mora en silencio dentro de cada uno de ustedes.

 

 

Les informamos que la sabiduría pertenece al Intimo y que las virtudes y los dones no son asunto de poses ni de fingidas mansedumbres, sino que ellas son realidades terribles, que nos convierten en poderosos y gigantescos robles para que se estrellen contra nuestra recia personalidad los vendavales del pensamiento, las amenazas de los tenebrosos, la envidia de los tiranuelos, y la contumelia de los malvados.

Esta sabiduría es para todos los rebeldes de todas las escuelas; para los que no contemporizan con amos; para los inconformes de todas las creencias; para los que aún tienen algo de hombría y les queda en su corazón una chispa de amor.

 

No nos interesan los dineros de nadie, ni nos entusiasman las cuotas, ni las aulas de ladrillo, cemento o barro, porque somos asistentes conscientes a la catedral del alma y sabemos que la sabiduría es del alma.

 

Las adulaciones nos fastidian; y las alabanzas sólo deben ser para nuestro Padre que ve en secreto y nos vigila minuciosamente.

 

No andamos en busca de seguidores, sólo queremos que cada cual se siga a sí mismo, a su propio Maestro Interno, a su sagrado Intimo, porque este es el único que puede salvarnos y glorificarnos".